Por Marcos Muñoz*
Poder y querer estudiar nuestra historia a través de testimonios orales, archivos periodísticos y otras fuentes, asoman como antídotos para no caer en la lógica de la banalización y en la transmisión de falsedades de la realidad que desde el gobierno nacional buscan instalar. Este artículo intenta rescatar algunos silencios en manos de las garras del cinismo y de la indiferencia. Lo que sigue a continuación es fruto de ese intento.La fecha es Junio de 1973. El hecho: la toma de LU5 Radio Neuquén, publicado el 13 y el 14/06 de de ese mismo año en el diario Río Negro, y también en Sur Argentino, el 14/06. En aquel entonces la emisora- ubicada en calle Alberdi y Santa Fé- funcionaba bajo la órbita de la Secretaría de Prensa y Difusión de Presidencia de la Nación. Es decir, funcionaba dentro de la red de radios nacionales. La toma se produjo por militantes de Montoneros, la JP y FAR junto a tres diputados provinciales del justicialismo neuquino que reivindicaban al gobierno popular de Héctor Cámpora en un contexto nacional de creciente disputa de poder en el interior del peronismo, mientras se esperaba el inminente regreso de Perón al país.
Tres días antes de la ocupación de LU5, en la ciudad vecina de Cipolletti (Río Negro) la militancia de la Juventud Peronista tomó LU 19 La Voz del Comahue y la renombró Radio General Juan José Valle. La toma de LU 19 fue pacífica, sin tiros ni forcejeos. A su vez, según el testimonio de una de las protagonistas de los hechos en LU 5, sólo hubo tiros al aire en el sector donde se encontraba la antena de la radio cerca del balneario municipal. En tanto, en el estudio de la radio –ubicado en la zona céntrica de la ciudad- todo fue muy tranquilo; en otras emisoras, las tomas duraron sólo los minutos que llevaba leer el comunicado redactado para la ocasión.
Tanto las crónicas de la época de los diarios Río Negro y Sur Argentino como el testimonio de quienes participaron de los hechos en Neuquén, coinciden en que se trató de una operación a nivel nacional –por ejemplo, hubo tomas en LV 7 Radio Tucumán, LV 8 Radio Libertador de Mendoza, LV 3 Radio Córdoba, LU 4 de Comodoro Rivadavia, LU 8 Radio Bariloche, Radio Splendid, Radio El Mundo, entre otras- impulsada por Montoneros. Y en todas esas radios –una vez que estuvieron bajo control militante-, se hizo escuchar “La marcha peronista”, dando inicio de esta manera a la medida de protesta.
Quiero detenerme en un fragmento leído por militantes de la JP Cipolletti durante la toma de LU 19 que da cuenta, en parte, de los objetivos que perseguían: “Las radios, los diarios, las agencias noticiosas, las editoriales pasan a ser resorte exclusivo de la clase dominante, y aquellos que quieran rebelarse al sistema, son intervenidos y silenciados”. Reclamaban desde mayor difusión de música nacional hasta noticias que tuvieran que ver con el carácter local, nacional y popular, noticias que “fortalecieran el proceso de liberación nacional” y que “estén al servicio del pueblo trabajador” ”(Río Negro, 14/06/1973).
Durante la toma de radio LU5, el nuevo director de la emisora –nombrado por los propios militantes- Héctor Pérez Bourrat, desplazó al jefe del informativo y a un periodista que trabajaban allí: Pedro Brodi y Raúl Guglielminetti. Es el propio Pérez Bourrat quién citó a estas dos personas y les dijo que “debían abandonar la emisora por ser considerados enemigos del pueblo por sus relaciones con los servicios de inteligencia y otros actos”(Río Negro, 14/06/1973).
Al toparme con el nombre de Pedro Brodi, me di cuenta de que me resultaba familiar (tal vez por haber jugado durante algún tiempo en el club Cipolletti y haber seguido la campaña de la primera categoría cuando estaba en el Nacional B fútbol argentino. Aún recuerdo que muchas veces escuchaba las transmisiones por LU19 cuando no podía ir a la cancha o cuando se jugaba de visitante) Al indagar sobre ese nombre, tomé conocimiento de que hay dos Pedro Brodi: padre e hijo. El padre, fallecido hace algunos años.
“Lalo” Brodi es el hijo y el que estaba trabajando como jefe del informativo al momento de producirse la toma de LU5 es el padre, quien no tuvo vínculo alguno con las diversas organizaciones militantes de la época. Sin embargo, el que figura en el listado oficial que se difundió a través del decreto 4/2010 y que lleva la firma de la ex Presidenta, Cristina Fernández, y de los ex ministros Julio Alak (Justicia) y Nilda Garré (Defensa) es el hijo: es “Lalo” Brodi. Él es quien aparece con el número de orden 672 junto con su número de DNI 10.868.631. Por su parte, Raúl Antonio Guglielminetti figura con el número de orden 2189 y DNI 4.392.690. A este último, en LU5, lo apodaban matute.
¿Por qué menciono ese decreto? Porque el mismo desclasificó “la información y documentación vinculada con el accionar de las Fuerzas Armadas” durante la última dictadura militar. A partir de ese importante decreto, se tomó conocimiento de la nómina del personal civil de inteligencia que revistó en el periodo 1976 a 1983; en dicha nómina figura Pedro “Lalo” Brodi. Este decreto tomó enorme repercusión en todos los medios de comunicación y el listado rápidamente se viralizó. El caso más conocido a nivel nacional es el de Guglielminetti, uno de los agentes que participaron de la represión ilegal en el centro clandestino de detención "Automotores Orletti". Guglielminetti fue un torturador profesional, miembro de la Triple A y trabajó como custodio cuando Raúl Alfonsín era Presidente. Fue juzgado en los juicios llevados adelante en Neuquén por el caso “La Escuelita II.
El sentido político de las tomas de las radios en 1973 debe quedar siempre presente, es presente. Ese sentido se vincula con la enorme preocupación de la militancia de la época por lo segmentada de la información que circulaba en aquel momento y por cómo afirmaba o no un sentido de pertenencia nacional y antiimperialista. También, se vincula con la presencia de personas tanto en las radios como en medios gráficos ajenas a la práctica del periodismo y que convivieron con periodistas y fueron señaladas ya en 1973 como pertenecientes a los servicios de inteligencia. Por último, me parece importante rescatar lo relevante que han sido y siguen siendo los juicios de lesa humanidad para conocer y probar los grados de responsabilidades no sólo de los militares en los años del terrorismo de Estado, sino para revelar los nombres de los civiles involucrados –inclusive- antes de los años de plomo con los servicios de inteligencia.
*Lic. Comunicación Social: marcosnqn@hotmail.com