viernes, 6 de junio de 2014

La credibilidad es para el periodista y no para la empresa periodística

Apuntes sobre el 7 de junio, conmemoración del día del Periodista. ¿Qué momento está transitando el periodismo en el Alto Valle? ¿Cuáles son los desafíos y los obstáculos?

Por Marcos Muñoz*
Por estos días, trabajadores de prensa viene reclamando (y con ánimo de justicia) que tanto sus condiciones laborales como sus magros salarios, mejoren. El reclamo es necesario, justo e impostergable. Im-pos-ter-ga-ble (anoten).
¿Cuántos periodistas en la provincia de Neuquén y de Río Negro tienen sueldos actualizados? ¿Cuántos periodistas en la provincia de Neuquén y de Río Negro tienen sueldos magros, miserables? Apuesto que los segundo son ampliamente la mayoría. Sin embargo, muchos aún se resisten a organizarse para luchar por sus derechos o, tal vez, no sepan que tienen derechos como cualquier trabajador. De esa forma, le permiten a sus empleadores seguir tratándolos inmerecidamente, por fuera de la ley. Tal vez, esa postura, pueda ser entendida como un nuevo tropezón en la historia de algunos trabajadores de prensa. Siempre se está a tiempo de revertir esa triste historia.
¿Para qué está el periodismo? Por estos tiempos, y luego de innumerables velos que la propia justicia y la ciudadanía han corrido, parece ser que la credibilidad de las empresas periodísticas no goza de muy buena salud. Y eso no implica que el periodista, sea parte de esa responsabilidad. Por supuesto, hay de todo en esta vida. Lo que digo que es está cada vez más claro que las empresas periodistas presionan y manipulan determinadas informaciones estratégicas para la salud institucional de algunos gobiernos y para beneficios de muchas empresas privadas como de sindicatos. La ciudadanía toma nota de eso. La credibilidad es para el periodista y no para la empresa periodística.
Más entendibles resultan las noticias si admitimos que detrás de esas noticias hay empresas periodísticas que tienen un directorio o un dueño que como mínimo tiene otras empresas ligadas a diversos sectores de la economía. Y un medio de comunicación en ese escenario se transforma en un factor de presión muy sutil que alimenta los intereses del empresariado. Mientras tanto, en esas empresas, los periodistas trabajan, a conciencia democrática, hacen esfuerzas muy loables.
Un periodista conoce y sabe que la práctica de un periodismo con perspectiva en derecho humano y democrático, no crea las condiciones de futuras injusticias para su comunidad, no crea las condiciones de futuros gobiernos que construyen sociedades binarias (sociedades desiguales) y un periodista que ame el oficio y/o profesión maneja su propia agenda de temas y está muy atento a los cambios que se avecinan en su entorno social.
La práctica del periodismo puede ser apasionante en tanto y en cuanto se dejen de lado pretensiones de objetividad y se reconozca que se es imposible (aunque se lo niegue brutalmente) estar ajenos a posicionamientos ideológicos. Tal posicionamiento ideológico implica asumir con mayor grado de compromiso las reglas del oficio del periodismo, la seriedad en el trabajo diario, el permanente esfuerzo por ser un lector y un crítico, trabajar con la pluralidad de ideas, investigar y un irrenunciable compromiso con la democracia y lo público.

*Lic. en Comunicación Social. marcosnqn@hotmail.com

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