viernes, 20 de marzo de 2015

Ciencias sociales y medios

Frente al vértigo periodístico y teniendo en cuenta la diversa producción de conocimientos que genera la universidad, Marcos Muñoz pide hacer una pausa para preguntarse ¿qué lugar ocupan las ciencias sociales en la agenda de los medios?

Por Marcos Muñoz *
Hagamos una pausa en esta locura de vértigo tecnológico y voracidad de creer que la urgencia (publícalo rápido, publícalo ahora) en el campo del periodismo es el modelo a seguir de los tiempos que corren. Se publica de todo al mismo ritmo que transita un auto de carrera. A veces creo que se publica mucho, se piensa poco. Se publica mucho, aunque algunos periodistas se toman el trabajo de no perder de vista principios muy importantes en la práctica del periodismo, como cuidar el lenguaje y los términos apropiados según el tema; ubicar la cita al contexto enunciado; no inventar ni tergiversar datos; llevar una agenda propia de temas y de la perspectiva de ellos y chequear entre varias fuentes informaciones que son de enorme trascendencia no sólo en la vida política sino que impactan de lleno en la vida de la democracia.

La diversa producción de conocimiento que genera la universidad, especialmente las disciplinas que se encuentran en el campo de las ciencias sociales, ¿qué lugar ocupan en la agenda de los medios?

Argentina cuenta con 53 universidades nacionales, 49 universidades privadas, 7 institutos universitarios estatales, 14 institutos universitarios privados, 4 universidades provinciales, 1 universidad extranjera y 1 universidad internacional, según se informa en la página oficial del Ministerio de Educación de la Nación. A esta breve estadística, hay que sumar las propuestas terciarias que ofrecen las provincias tanto en el campo público como en el privado.

Antes de continuar, quiero hacer foco en las universidades nacionales. En todas ellas se dictan clases, se investiga y se practica la extensión. En todas ellas hay cientos de docentes que están en condiciones de aportar reflexiva y críticamente, elementos teóricos y metodológicos sobre diversos aspectos de la realidad que merecen ser abordados interdisciplinarmente. ¿Se los consulta? ¿Quiénes son las principales voces que citan los medios? De toda la información que los medios organizan en su agenda, para que posteriormente su agenda pase de la órbita privada al espacio público, se puede observar en líneas generales que la producción de conocimiento científico que producen en este caso las universidades nacionales es, al menos, escaso. ¿Esto es un problema? ¿Debe ser atendida esta situación?

Mientras la aplicación de la ley de medios de la democracia es demorada en su implementación total por un sector de la Justicia Federal, algunas universidades nacionales vienen trabajando en sus canales de aire, potenciado en otros casos sus radios FM o las áreas de prensa institucional con el propósito de, por un lado, darle contenido a una ley que costó décadas ser tomada como una necesidad de la democracia y, por otro, mostrar que hay diversas formas de pensar, de repensar la compleja realidad. Realidad cambiante, dinámica, escurridiza que nos invita a reflexionarla desde distintas posiciones, pero evitando de antemano llevar en la mochila viejas recetas teóricas y viejas formas de abordaje a problemas nuevos.

¿Qué puede aportar incorporar la producción de conocimiento de las ciencias sociales en la agenda de los medios? Habitualmente –hay excepciones, dependiendo del medio– cuando se cita resultados de trabajos de investigación o publicaciones de libros, o se hacen entrevistas, se los ubica en un plano en el que se le resta densidad política. Esta forma de presentar la producción científica es un primer obstáculo a superar.

No se puede pretender, por otra parte, que toda producción de conocimiento sea tomada como una verdad universal e incuestionable. Lo que estoy diciendo es que resulta necesario que en los medios, en todos sus formatos, y los periodistas que trabajan allí, comprendan en primer lugar de qué se trata esto de tener una agenda propia y quiénes son los actores políticos que permanentemente tienen disponibilidad de espacio en sus medios, quiénes hablan, quiénes no hablan y demás. Puede resultar extraño escribir esto, pero muchas veces es claro que distintos medios ubicados en lugares alejados entre sí, no sólo comparten la misma agenda sino que curiosamente comparten los mismos puntos de vista de esa agenda.

Repensar la práctica periodista en todas sus dimensiones debe ser algo constante. Y, en este contexto, es importante pensar qué lugar ocupan las ciencias sociales en la agenda de los medios. Hagamos una pausa y revisemos nuestro trabajo. Hay que tener presente nuestro contexto cultural y nuestro contexto sociopolítico, situarnos y sentirnos parte de esta coyuntura histórica, pensar desde aquí, no desde otro lugar que no sea nuestra realidad.

* Secretario de Extensión, Facultad de Humanidades de la U. N. Comahue.

marcosnqn@hotmail.com

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-268370-2015-03-20.html

miércoles, 4 de marzo de 2015

“Se aprobaron reformas importantes”

El político con mejor evaluación ciudadana en Chile reconoce que el gobierno de Bachelet “aprobó en un año reformas demoradas durante 25 años”, como la educativa y la electoral. Cree que la clase política debe discutir el tema de la ética.

Por Mercedes López San Miguel
Marco Enríquez-Ominami, 41 años, es actualmente el político chileno con mejor evaluación ciudadana, según el ranking elaborado por el influyente Centro de Estudios Públicos. Ex diputado díscolo de la Concertación y dos veces candidato presidencial independiente, Enríquez-Ominami se proyecta para el 2017 imaginando un eventual acercamiento con la coalición Nueva Mayoría, que lidera Michelle Bachelet. “Estamos preparados para ir solos, pero juntos somos más fuertes”, afirma a Página/12 a su paso por Buenos Aires, donde tenía previsto reunirse con Daniel Scioli y Sergio Massa.

M.E.-O., como se lo conoce en Chile, valora las cuatro reformas aprobadas en un año de gobierno de la líder socialista: educativa, tributaria, electoral y voto en el exterior. Al mismo tiempo, cree que la clase política debe discutir el tema de la ética, a raíz del “Nueragate”, un caso de tráfico de influencias que involucra al hijo de la mandataria. Entre conferencias académicas y el trabajo en su ONG, Fundación Progresa, el cineasta de profesión dirige un documental sobre los rapanui o pueblos originarios de la Isla de Pascua. “Estoy a favor de la autonomía de los pueblos originarios. La isla está a cinco mil kilómetros de las costas de Chile, en la Polinesia Francesa, tiene identidad y política propias, la gobierna un consejo de ancianos”. Además, planea hacer un largometraje con la historia de su padre biológico, el mítico guerrillero Miguel Enríquez.

–¿Con qué dirigente de la región se identifica más?

–Con Mujica. Para nosotros sería inviable seguir el camino de Chávez, Lugo, Kirchner y Correa, que construyeron su proyecto político desde el poder, porque en Chile no hay reelección. Lo nuestro va a ser una mezcla de convicción y política de alianza. Llevamos cinco años de ruptura, compitiendo en elecciones. La pregunta que surge es en qué condiciones y a qué costo haremos esa alianza.

–Se refiere a una alianza con la Nueva Mayoría

–Sí, pero también hay un mundo de izquierda que no está en la Nueva Mayoría, los ecologistas e humanistas; un conjunto de movimientos importantes. Nuestro sueño es que tengamos una gran primaria de centroizquierda, como el Frente Amplio en Uruguay. En 2009 los dirigentes de la Concertación se opusieron y perdimos todos (ganó la derecha). Estamos preparados para ir solos, pero juntos somos más fuertes.

–Bachelet avanzó con la reforma de la educación y aprobó el cambio del sistema binominal, dos de sus planteos. ¿Cómo lo evalúa?

–Lo que está haciendo es muy importante y muy valiente. Me siento parte e incluso transformador de Bachelet, aunque no haya votado por ella. En un año se aprobaron cuatro reformas que se demoraron 25 años: la tributaria, que a mi juicio es insuficiente pero es un paso; la educativa, que es importante en lo ideológico, ya que prohíbe la selección de alumnos por parte de los colegios; el cambio del sistema electoral binominal, que deja atrás una matemática perversa. A partir de ahora, Chile se va a parecer a Brasil, con un multipartidismo más real y con la búsqueda de votos en cada proyecto de ley, ya que no habrá dos bloques. Va a ser más difícil gobernar, pero para las fuerzas progresistas será más fácil participar en las elecciones. La cuarta reforma es el derecho al voto en el exterior. En Argentina hay 420 mil chilenos habilitados para votar –la mitad de los chilenos en el exterior–. A mí me importan las reglas, no el dinero: Bachelet cambió las reglas de asignación de recursos, de recaudación, de selección de alumnos. En la reforma educativa falta un 80 por ciento por aprobar, pero arrancó en lo ideológico. Antes la izquierda decía que el problema de la desigualdad era el presupuesto y eso no es cierto. Se puede aumentar el presupuesto y mantener la desigualdad. La derecha nunca estuvo de acuerdo en cambiar las reglas neoliberales.

–Está pendiente reformar la Constitución heredada de Pinochet.

–Sí, Bachelet debió haber partido por ahí. Es una estrategia distinta, pedagógica, para que los chilenos vayan cada día valorando el debate constitucional. Creo que hay condiciones de sobra con los jóvenes para instalar una asamblea constituyente, pero ella no lo comparte.

–¿Qué le pareció la manera de reaccionar de la mandataria al caso de tráfico de influencias en el que está involucrado su hijo? Sebastián Dávalos debió dejar la Dirección Sociocultural de la presidencia y él y su esposa, Natalia Compagnon, renunciaron al Partido Socialista.

–Tengo una diferencia con la discusión que se está dando en Chile sobre este tema. Lo legal es asunto de la Justicia y mi tarea es decir que se investigue y condene, pero la otra discusión es sobre la ética. El gran patrimonio de la izquierda es la ética, la reivindicación de no ser pragmáticos.

–La corrupción puede ser de derecha como de izquierda.

–Pero la forma en que se responde no es sólo legal, sino ética. Creo que Bachelet es honesta, conozco a su familia y tengo la impresión de que es honesta también. Mi abuela es íntima de su mamá, viven en edificios vecinos, puerta con puerta. Mi abuelo era militar de la fuerza aérea y era amigo de Bachelet padre. El tema de fondo es qué opina ella de ese tipo de negocios. En el país más desigual de la región junto con México, el caso del hijo de Bachelet encarna la desigualdad.

–El presidente de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, propone un sistema de control social a la clase política por ejemplo, eliminándoles los fueros. ¿Está de acuerdo?

–Lo propuse cuando era diputado, estoy de acuerdo. Recientemente se descubrió que la derecha había creado un grupo económico para financiarse, el caso Penta, eso es un escándalo. De nuevo, lo legal es gravísimo, pero discutamos la ética, si los políticos vendieron la conciencia.

mercelopez@pagina12.com.ar

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-267312-2015-03-04.html

lunes, 2 de marzo de 2015

¿Qué lugar ocupan las ciencias sociales en los medios?

*Por Marcos Muñoz

Hagamos una pausa en esta locura de vertiginosidad tecnológica y voracidad de creer que la urgencia (publícalo rápido, publícalo ahora) en el campo del periodismo es el modelo a seguir de los tiempos que corren. Se publica de todo al mismo ritmo que transita un auto de carrera. A veces creo que se publica mucho, se piensa poco. Se publica mucho, aunque algunos periodistas se toman el trabajo de no perder de vista principios muy importantes en la práctica del periodismo como cuidar el lenguaje y los términos apropiados según el tema; ubicar la cita al contexto enunciado; no inventar ni tergiversar datos; llevar una agenda propia de temas y de la perspectiva del mismo y chequear entre varias fuentes informaciones que son de enormes trascendencia no sólo en la vida política sino que impactan de lleno en la vida de la democracia.
La diversa producción de conocimiento que genera la universidad, especialmente, las disciplinas que se encuentran en el campo de las ciencias sociales: ¿qué lugar ocupan en la agenda de los medios?
Argentina cuenta con 53 Universidades Nacionales, 49 universidades privadas, 7 institutos universitarios estatales, 14 institutos universitarios privados, 4 universidades provinciales, 1 universidad extranjera y 1 universidad internacional, según se informa en la página oficial del Ministerio de Educación de la Nación. A esta breve estadística, hay que sumar las propuestas terciarias que ofrecen las provincias en el campo público como en el privado. Antes de continuar, quiero hacer foco en las Universidades Nacionales, a ellas quiero referirme.
En las universidades nacionales, en todas ellas, se dictan clases, se investiga y se practica la extensión. En todas ellas, hay cientos de docentes que están en condiciones de poder aportar reflexiva y críticamente, elementos teóricos y metodológicos sobre diversos aspectos de la realidad que merecen ser abordados interdisciplinarmente. ¿Se los consulta? ¿Quiénes son las principales voces que citan los medios?
De toda la información que los medios organizan en su agenda, para que posteriormente su agenda pase de la órbita privada al espacio público, se puede observar en líneas generales, que la producción de conocimiento científico que producen en este caso, las universidades nacionales es, al menos, escaso. ¿Esto es un problema? ¿Debe ser atendida esta situación?
Mientras la aplicación de la Ley de Medios de la Democracia es demorada en su implementación total por un sector de la justicia federal, las universidades nacionales, algunas de ellas, vienen trabajando en sus respectivos canales de aire, potenciado en otros casos sus radios FM o las áreas de prensa institucional con el propósito de, por un lado, darle contenido a una ley que costó décadas ser tomada como una necesidad de la democracia y, por otro lado, mostrar que hay diversas formas de pensar, de repensar la compleja realidad. Realidad cambiante, dinámica, escurridiza que nos invita a reflexionarla desde distintas posiciones pero evitando de ante mano, llevar en la mochila, viejas recetas teóricas y viejas formas de abordaje a problemas nuevos.
¿Qué puede aportar incorporar la producción de conocimiento de las ciencias sociales en la agenda de los medios? Depende el medio, pero habitualmente cuando se cita resultados de trabajo de investigación, o publicaciones de libros, o entrevistas suelen ser ubicadas en un plano en el que se le resta densidad política. Esta forma de presentar la producción científica es un primer obstáculo a superar. Por otra parte, no pretendo, que toda producción de conocimiento sea tomada como una verdad universal e incuestionable. Lo que estoy diciendo es que resulta necesario que en los medios, en todos sus formatos, los periodistas que trabajan allí, en primer lugar asuman de qué se trata esto de tener una agenda propia (resulta extraño escribir esto, pero muchas veces es claro que entre distintos medios ubicados en lugares alejados entre sí, no sólo comparten la misma agenda sino que curiosamente comparten los mismo puntos de vista de esa agenda) y quiénes son los actores políticos que permanentemente tienen disponibilidad de espacio en sus medios, quiénes hablan, quiénes no hablan, y demás. Repensar la práctica periodista en todas sus dimensiones debe ser algo constante. Y, en este contexto, pensar qué lugar ocupan las ciencias sociales en la agenda de los medios. Hagamos una pausa y revisemos nuestro trabajo. Hay que tener presente nuestro contexto cultural y nuestro contexto sociopolítico, pensar desde aquí, no desde otro lugar nuestra realidad.

*Lic. en Comunicación Social. Secretario de Extensión de la Facultad de Humanidades de la UNComahue. Contacto: marcosnqn@hotmail.com