viernes, 13 de marzo de 2009

¿CÓMO LA GENTE VA A VOLVER A CREER EN LOS PERIODISTAS SI NO SOMOS CAPACES DE DEFENDER NUESTROS PROPIOS DERECHOS?


Uno de mis sueños profesionales es formar parte de un equipo de trabajo interdisciplinario y poder estudiar políticas comunicacionales. Aclaro: vivir, no sobrevivir con eso. (Esta nota también se puede leer en: ।lacorameco.com.ar/?&page=3">http://www।lacorameco.com.ar/?&page=3).

Respecto al comentario anónimo en la nota Clarín defiende los privilegios que obtuvo con la dictadura busco hacer comprender de la necesidad de redactar una nueva Ley de Comunicación. Esa ley debe crear las condiciones para que dejen de existir oligopolios mediáticos y que estas empresas periodísticas no controlen como en la actualidad más del 85 por ciento de las comunicaciones: TV abierta y privada y las repetidoras en todos el país, telefonía celular y fija, radios AM y FM y las repetidoras en todo el país, internet, diarios, revistas, páginas web, entre otros ejemplos.
La Ley debe crear las condiciones para que esto cambie. Porque de continuar así los trabajadores de prensa seguiremos cobrando la miseria que cobramos. Actualmente no ejerzo como periodista profesional sino como el responsable máximo del área de Prensa y Protocolo de una institución pública. Y mi sueldo tampoco está acorde al nivel de responsabilidad. Hasta en las instituciones pública se desconcoe del valor de nuestro trabajo.
La Ley necesariamente al decir que debe responder al espíritu democrático, decimos que debe buscar generar las condiciones para que las diferentes voces, pensamientos y opiniones puedan circular lo más libremente posible y eso se logra poniendo límites jurídicos a la concentración de medios. Para poner límites a la concentración de medios se necesita de la voluntad política de la Presidenta de los argentinos. La voluntad política existe y según como lo veo yo, hay que acompañar y formar parte de esa decisión transcendental para la historia de nuestro país. Recuerden que nunca en las tres décadas atrás se habló tanto como se habla hoy del rol de las empresas periodísticas en acompañar y fortalecer las instituciones de nuestro país. Hoy estamos discutiendo y cada uno a su manera la necesidad de modificar la actual y nefasta Ley Federal de Radiodifusión N° 22.285. Esto es muy importante. Esto es del aporte también de diferentes organizaciones que existen en el país, por ejemplo.
Los trabajadores de prensa, y en particular algunos de ellos, se olvidan que son trabajadores y que de continuar con la tendencia en la concentración de medios estamos todos destinados a un trabajo en condicione muy precarias y de escasa estabilidad laboral. En esta discusión, insisto, según lo que entiendo, todos los trabajadores de prensa deben participar y participar implicar repensar la actual situación y recrear el escenario que deseamos para el mundo de las comunicaciones en nuestro país y para nuestra América Latina. Los trabajadores de prensa tienen la posibilidad de recurrir al Sindicato de Prensa y dar la discusión allí. Solos no le servimos a nadie. Ese es el espacio, desde lo colectivo.
Entiendo que la práctica de periodismo, además de ser lo que realmente disfruto es una profesión que reúne en quien la práctica determinado tipo de conocimiento y habilidades. Profesión desprestigiada porque quienes estamos en esto aún no logramos defenderla con uñas y dientes desde lo colectivo. Es una profesión como la de un abogado, un médico o un ingeniero. Sin embargo es de todas las profesiones la peor remunerada y la que mayor nivel de trabajo informal registra. (Pero los medios no hablan de eso, jajjaja). Que un periodista deba salir a vender publicidad es triste y de eso depende su sueldo muchas veces. Imagínense a un trabajador petrolero visitando casa por casa y ofreciendo en una botella descartable un litro de petróleo para poder pagar sus impuestos, ropa, alquiler, comedia, salud, y demás. Eso no puede pasar porque eso se presta para que el periodista siga estando condicionado al momento de ejercer su trabajo. Es inadmisible. Esto debe cambiar. Pero eso no depende de la Presidenta, eso depende de la organización y claridad que tenga el trabajador de prensa y el sindicato que lo represente. No todo lo debe resolver la Presidenta, mucha cosas se ganan en la batalla diaria de ejercer nuestros derechos. ¿O se olvidan del empresario de la comunicación rico y de los trabajadores de prensa pobre? Ingenuo hay que ser para no ver esto. Muy ingenuo.
Veremos cuál es el debate que se da en el Congreso respecto al tema “comunicaciones” pero no podemos quedarnos afuera de esto, sería una pena. ¿Cómo la gente va a volver a creer en los periodistas si no somos capaces de defender nuestros propios derechos?
La sanción de esa ley es sólo el principio del complejo y apasionante tema de las “comunicaciones”. Luego hay que continuar trabajando para que el derecho a la información y a la pluralidad de ideas sea un derecho de todos y no una excepción como a veces pareciera que pasa. La sanción de esa ley es sólo el comienzo-
Por ejemplo, gracias con la actual Ley de Radiodifusión en la zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén Canal 7 de la ciudad de Neuquén es del grupo de Telefé-Telefónica. Canal 7 llega a toda la provincia. Sus contenidos son un su gran mayoría productos enlatados que mandan desde Buenos Aires. La producción regional es muy poca porque los costos por hora televisiva para alguien del lugar son imposible de pagar. Creo, y díganme si me equivo, una hora televisiva un día sábado está cerca de los 6 o 7 mil pesos. Imposible de hacer algo porque a eso hay que sumar editor, locutor, periodistas, el mantenimiento del auto para ir y venir, teléfono, internet, y demás. Se dan cuenta, este tipo de situaciones también debe ser contemplado en la nueva Ley. Hay que respetar y defender la identidad del lugar, sus costumbres y su historia. Hoy eso no pasa. Pero no pasa no porque no hayan personas con ganas de trabajar en este sentido, pasa porque las condiciones jurídicas lo permiten. Gran parte de los contenidos provienen de otros lugares y el tratamiento de la información y de los contenidos es una vergüenza.

Me extendí. Disculpen. Lo que pasa es que hace años vengo trabajando en este tema. La tesis con la que me recibí en la Universidad Nacional de Cuyo aborda el tema que hoy se debate a nivel nacional. Lo que pido es que se debata, en especial que lo hagan aquellos que forman parte del mundo de las comunicaciones en el sentido más amplio del término. Ahhh, y no olvido las desafortunadas intervenciones de los gobiernos democráticos en reformas hechas a esta Ley. Pero eso lo conversamos otro día.

Un fuerte abrazo.
Saludos, Marcos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El compromiso no debe ser sólo de los periodistas sino también de los Comunicadores Sociales, aunque los periodistas son comunicadores, quienes desde sus diferentes especializaciones (política, educacional, comunitaria, periodística) deben estar presentes en este debate. La discusión debe ser lo suficientemente profunda y comprometida como para, no sólo tener en cuenta las condiciones laborales de quienes se desempeñan como periodistas y comunicadores, sino el acceso a la información de los ciudadanos y la participación de los mismos. Vale mencionar que publicar en un blog televisivo el granizo de alguna localidad de la provincia no implica participación. Podríamos discutir largamente sobre acceso y participación y sobre democratización de la información pero no quiero extenderme.
Gracias