Presentaron hábeas corpus en favor de los detenidos que deben declarar.
NEUQUÉN (AN)- Por tercera vez se intentará hoy iniciar el juicio contra 27 policías acusados de torturar a detenidos en la Unidad 11, la mayor cárcel de la provincia.
La Asociación Zainuco, que actúa como querellante, presentó un hábeas corpus para que se les brinde protección a 15 detenidos que declararán como testigos ya que fueron víctimas de la represión, ocurrida en abril de 2004. El organismo también pidió que se excluya de la lista de testigos al psiquiatra Ignacio López Proumen "atento a su presunta participación en los hechos de terrorismo de estado que fueran perpetrados durante la dictadura militar en los años 1976-1983".
El juicio se desarrollará hoy desde las 9 en la sede de Yrigoyen 177. La Cámara Criminal Segunda, encargada de llevarlo adelante, estará integrada por subrogantes: Mario Rodríguez Gómez, Luis María Fernández y Juan José Gago.
En mayo de 2008 el debate se suspendió por primera vez debido a que la defensa de los policías recusó a los jueces titulares de la Cámara porque habían intervenido en etapas anteriores del proceso. Y se volvió a suspender en noviembre de 2009 porque la fecha del juicio coincidió con el debate por el ataque a balazos contra el obrero ceramista Pedro Alveal, y en ambos casos el defensor de los policías era el mismo: Marcelo Inaudi (los policías eran distintos).
Los hechos que se debatirán desde hoy y hasta el 14 de mayo se produjeron hace seis años, cuando los grupos de requisa de la Unidad 11 reprimieron a medio centenar de detenidos.
La conducta de los policías se desplegó entre el 24 y el 27 de abril, se afirma en la acusación.
Según Zainuco, "las torturas, cometidas tanto por el personal de requisa como por los celadores, consistieron en golpes de puño y patadas, utilización abusiva de gases lacrimógenos y balas de goma en ámbitos cerrados, así como colocación de los detenidos en situaciones y posiciones humillantes: esposados, desnudos, tirados en el suelo, mojados, a la intemperie y a bajas temperaturas".
Hubo además "pisotones de manos y pies, golpes con barra de hierro en los tobillos y pies descalzos. También eran amontonados en el suelo, les cubrían la cabeza con frazadas y corrían por encima de sus cuerpos. Fueron sometidos a torturas psicológicas, obligándolos a cantar el Himno, encontrándose desnudos, y golpeaban a quien se equivocaba".
Algunas de las víctimas dijeron que les daban golpes en las plantas de los pies y los obligaban a gritar "después de Dios está la requisa".
La situación fue tan grave que por una orden judicial, el entonces ministro de Seguridad, Luis Manganaro, fue obligado a remover a toda la conducción de la Unidad de Detención 11.
http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=359322&idcat=9544&tipo=2
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