lunes, 12 de abril de 2010

Del bloqueo parlamentario a los derechos

La oposición sigue frustrada en su intento de gobernar desde el Congreso, donde quedó demostrado que no dar quórum es un instrumento al alcance de todas las partes.

Por AUGUSTO CAVALI

Nada nuevo dejó la agenda parlamentaria semanal. Al faltazo del oficialismo en el Senado se sumó la ausencia de sus diputados en la jornada de sesión programada para inicios de semana. A primera vista, fue el número y peso de la tropa kirchnerista lo que impidió el funcionamiento del parlamento. Sin embargo, en la Cámara alta la responsabilidad mayor vino de las filas del peronismo disidente. Menos por el nuevo faltazo de Carlos Menem que por las acciones de quienes creen poder controlar la vocación de protagonismo del ex presidente, entre ellos, el ex gobernador de San Luis y actual senador por la misma provincia, Adolfo Rodríguez Saá. Parece que sus pares ya contaban desde hace días con el fracaso de la gestión del puntano.
En Diputados la rebelión estuvo comandada por los bloques de izquierda, aunque inexplicablemente esta vez tampoco el PRO bajó al recinto. La situación judicial de su jefe Mauricio Macri por el espionaje que involucra a subordinados de su ex empleado “Fino” Palacios, generó cierto enfriamiento de sus solidaridades dentro de arco antikirchnerista. Ello explicaría parcialmente la imposibilidad de obtener el quórum necesario para el resto de la oposición. Por otra parte, las razones ofrecidas por algunos de los voceros de los otros bloques ausentes sobre problemas auditivos con la chicharra que accionada por el titular de la Cámara, resulta por demás naif.

El costo de la inexperiencia
Puede ser cierto, sin embargo, que la presencia nuevos diputados sea un problema, no sólo para el inicio de una sesión, sino para la futura labor parlamentaria. Es que a excepción del Senado, donde el mandato es de seis años y donde se destacan las permanencias sobre las caras nuevas, en Diputados la tasa de recambio es altísima. Posiblemente una de las más altas del mundo. Ello limita el profesionalismo de la labor parlamentaria. Si a ello se agrega la presencia de tantos outsiders de la política ante la debilidad de los partidos, se carece de una carrera parlamentaria al modo de otros países federales como Estados Unidos y Brasil.

Cobos, el preceptor
Eso sí, sólo en territorio rioplatense se encuentra que el titular de una de las Cámaras y vicepresidente de la Nación sanciona a los senadores con descuentos en sus dietas por hacer uso de la herramienta del quórum. Previsiblemente, las acciones del vice provocaron duras críticas del oficialismo, que una vez más acusó a Cobos de ser lo que todo el mundo sabe: un hombre que abandonó el redil con intensiones de convertirse en el jefe de la oposición. Seguramente el mendocino aprovechó la oportunidad para sumar aguas a su molino después de un retroceso en su imagen. Su medida no parece inocente, ya que alimenta peligrosamente el imaginario antipolítico de ciertos sectores opositores ganados por la impaciencia frente al deseado gobierno parlamentario. Nadie sabe si esto agregará nuevos créditos al vice, aunque seguramente le otorga la atención del hombre de a pie que afirma un sentido común que iguala su mundo privado al de la reglas de la política. Sentido que dice: “Día no trabajado, día no remunerado”. En un país que viene del recuerdo de la antipolítica del bienio 2001/02, levantar esta bandera, sobre todo enarbolada por una figura central como la del vicepresidente, resulta entre azaroso e imprudente.

Con los gobernadores
Pero no todo versó sobre profesionalismo parlamentario. Existe un bloqueo de difícil resolución en lo inmediato, aunque no signifique parálisis gubernamental o ingobernabilidad técnica, como editorializó incorrectamente un columnista de La Nación. Sucede que el federalismo robusto, como el estadounidense o el de la vecina República Federativa del Brasil, da un lugar importante a los gobernadores en el esquema de gobernabilidad. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner sabe de ello y los convocó a su mesa. Allí concurrieron, aunque en mesas separadas, oficialistas y opositores.

Salir al mundo
Tampoco esa parálisis parece tocar al Gobierno en su política internacional. Las reuniones con el nuevo presidente trasandino así lo confirman, además del deshielo iniciado hace dos semanas con Perú y los reclamos anticolonialistas por Malvinas. La presencia del equipo presidencial en Estados Unidos también formó parte de esta agenda.

Rearmando
Mientras en ese mundo parlamentario continúa el juego de ausencias y bloqueos, algunos de ellos aspiran a más, aunque no necesariamente comportándose como líderes legislativos. El peronismo disidente tomo la delantera, como viene haciéndolo desde las elecciones del año pasado. Francisco de Narváez parece querer sumar al gobernador chubutense Mario Das Neves. Desde otro sector opositor Elisa Carrió, después de dos semanas de retiro, volvió a la carga, aunque esta vez con bases cada vez más estrechas. Sólo cuentan los guiños a un desolado Felipe Solá.

Afirmación de derechos
Pero si el mundo político sigue bloqueado, la sociedad marcha por otro camino. Y es en el terreno de los derechos donde se presentan aires renovados. Uno de esos temas fue el aborto para situaciones previstas y permitidas por el código penal como son las violaciones. La nacionalización del fallo del juez de Bariloche Martín Lozada generó expectativas positivas para el futuro del tema. De hecho, el propio Parlamento Nacional ya cuenta con varios proyectos frente a este tema. Además, el reciente matrimonio de dos lesbianas sacudió cierta lesbofobia existente en parte de la sociedad. Finalmente se destacó la puesta en marcha de cierta movilización para salir de otro pantano, el que hace a la puesta en marcha de la nueva ley de medios. A pesar del bloqueo parlamentario y político, entonces, parece que el tiempo social transcurre con mayor dinamismo.

http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2010/4/11/60798.php

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