Los petroleros apoyaron a Sagaseta y definió Pechen. Estuvo a punto de perder la segunda vicepresidencia.
NEUQUÉN (AN).- En su estreno legislativo tras la ruptura de la Concertación, el kirchnerismo estuvo a un voto de quedarse con la segunda vicepresidencia de Cámara. Fue posible por el respaldo de los cuatro petroleros, que volvieron a votar en contra de las definiciones del bloque y que amenazan con un quiebre definitivo en el MPN.
Los aliados, que iban a abstenerse, luego de que por tercer año consecutivo se les negara un puesto en la línea sucesoria del gobernador, revieron su posición en un cuarto intermedio y finalmente apoyaron. Pero para dejar en claro que el oficialismo tiene fisuras incluso más graves que las de la oposición, sólo apoyaron con un voto sobre tres posibles, que permitió empatar para que fuera la vicegobernadora Ana Pechen la que terminara de torcer la balanza.
Sin el voto de Carlos Pacheco, Omar Lorenzo, Juan Gómez y Roxana González, los tres referentes del gremio petrolero y la diputada que se sumó al espacio el año pasado, el resto del bloque del MPN quedó con sólo 11 votos para designar a Graciela Muñiz Saavedra en la vicepresidencia segunda. Pero los petroleros no sólo le quitaron el respaldo, sino que se lo dieron al candidato del PJ, Luis Sagaseta, uno de los referentes del gobierno nacional en la provincia, que trepó a 12 votos, uno más que el MPN. En ese marco, el centro de la escena fue ocupado por los tres aliados, que se iban a abstener. Llegaron a pedir oficialmente esa licencia, que fue convalidada por mayoría -sólo el jefe de bloque del MPN, José Russo, se opuso- pero tras un cuarto intermedio de una media hora, Carlos Sánchez terminó votando con el partido provincial. Posibilitó el empate, según dijo, para "impedir que el kirchnerismo hiciera pie en la Legislatura". Horacio Rachid y Daniel Baum no votaron y fue Pechen, desde la presidencia, la que aportó el voto número trece.
No hubo diferencias al momento de designar a Carlos González en la vicepresidencia primera. La de ayer fue sólo una la sesión preparatoria, no obstante, permitió anticipar cambios drásticos en el escenario legislativo respecto de los dos años anteriores. En la oposición, tras dos años de una alianza consistente del PJ y la UCR en la Concertación, se volvió a hablar de "compañeros" por un lado y "correligionarios" por el otro. Marcelo Inaudi, en menos de cinco minutos, prácticamente vomitó dos años de críticas atoradas al kirchnerismo, cuyos referentes se fueron más que conformes por una semana de aciertos que los dejará como segunda fuerza legislativa, con ocho diputados propios y dos eventuales aliados: Rodolfo Canini, de UNE, y Soledad Martínez, del Frente Grande.
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