domingo, 14 de marzo de 2010

Piden que se informe sobre los espías


Varias organizaciones sociales de Neuquén pidieron que revelen las actividades que realizaba el Batallón 601, máximo organismo de Inteligencia del Ejército durante el terrorismo de Estado.

Por Pablo Montanaro

Raúl Alejandro Tarifeño apareció en el listado de infiltrados. Militaba en el MST en Neuquén.
Neuquén > “Exigimos saber qué hacían cada uno de los agentes del Batallón 601, qué informaban, a quiénes reportaban, con qué objetivos y, además, que todos los delitos cometidos sean castigados”, sostuvo el viernes en esta ciudad la dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), Vilma Ripoll, a raíz de la denuncia radicada un día antes en el Juzgado Federal Número 2 de la ciudad de Buenos Aires por las responsabilidades del Batallón 601, el máximo organismo de Inteligencia del Ejército durante el terrorismo de Estado, y los delitos que cometieron durante la última dictadura militar, además de la infiltración de un agente civil en esta corriente política en Neuquén.
Este conjunto de exigencias fue apoyado por diversas organizaciones sociales y de derechos humanos de Neuquén quienes señalaron la necesidad de que también el gobierno nacional desclasifique y abran los archivos de los Servicios de Inteligencia Naval (SIN), de la Fuerza Aérea, como así también de la Aeronáutica, Policía Federal y Policía provinciales, Gendarmería y del Servicio de Inteligencia del Estado (Side).
La publicación de la lista de 4.300 agentes civiles y militares de Inteligencia que desempeñaron tareas en el Batallón 601 y en destacamentos y secciones en varios lugares del país entre 1976 y 1983 fue difundida por la revista “Veintitrés” el 18 de febrero pasado. El documento fue firmado por el actual jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, y entregado al juez Ariel Lijo por el titular del Archivo de la Memoria, Ramón Torres Molina.
La difusión de este listado dejó al descubierto que algunos de sus agentes de inteligencia continúan infiltrados en partidos políticos y organizaciones sociales a pesar de que la Ley de Defensa de la Democracia lo prohíbe.
Tal es el caso de Raúl Alejandro Tarifeño que en el listado aparece bajo la denominación de “Agente de Reunión” vinculado al Destacamento de Inteligencia 182 de Neuquén. Esta denominación significa que tenía la misión de infiltrarse en sindicatos, fábricas, universidades, organizaciones políticas y sociales con el objetivo de recabar información sobre personas a quienes luego las fuerzas militares y policiales se encargaban de secuestrarlas.
Días atrás se conoció en esta ciudad que el actual presidente de la cooperadora del hospital Castro Rendón, el asistente social ya jubilado Ricardo Grisotto, figura también en el listado, bajo la misma denominación que Tarifeño, lo que provocó que en asamblea los trabajadores del citado nosocomio lo declaren persona no grata y pidieron a su director la renuncia en el cargo que ocupa.
Asimismo, en los últimos días se dio a conocer que otro de los que aparecen en el listado como “agente de reunión” es Jorge Daniel Rosales, quien en la actualidad trabaja en un organismo del Estado provincial.

Los pasos de un espía

Según los militantes del MST, la aparición de Tarifeño entre los nombres de los agentes civiles que actuaron en el Destacamento 182 del Batallón 601 “nos causó una gran sorpresa porque desde 1991 militó en nuestra organización hasta hace dos años”.
Dirigentes del MST se comunicaron de inmediato con Tarifeño, actualmente con residencia en Plottier, quien les confirmó que era la persona que aparecía en el listado. “De ahí en más no nos interesa saber los detalles, este sujeto tiene que dar explicaciones ante la Justicia por eso iniciamos la demanda”, explicaron.
Antes de convertirse en dirigente regional del Partido Comunista, Tarifeño fue referente vecinal del barrio General San Martín en Cutral Co, más conocido como “500 Viviendas”, y a comienzos de los años ‘90, posiblemente a través de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Neuquén, empezó a militar en el Movimiento al Socialismo (MAS), que encabezaba Luis Zamora, y posteriormente en el MST para desvincularse definitivamente de esta organización política en 2008.
“En el MST, asumió tareas de responsabilidad, luego las fue abandonando, hace cuatro años se fue alejando de esta organización y en 2008 se desvinculó definitivamente”, señalaron dirigentes del partido.
En el texto de la denuncia presentada por Ripoll se describe que Tarifeño “estuvo infiltrado en nuestra corriente política durante largos años mientras, paralelamente, continuaba perteneciendo al Batallón de Inteligencia 601, por lo menos hasta el año de su disolución, llevada a cabo en 2000, y de allí en más, en alguna otra dependencia que reemplazara a ese organismo. Ello es dable deducirlo por cuanto Tarifeño continuó, como se encuentra comprobado por su pública actividad en el terreno político y social, con su militante la que, obviamente, no tenía otro interés que reunir datos de inteligencia para el desarrollo de las actividades represivas”.
Asimismo señalan que tomaron conocimiento de que en el año 2006, Tarifeño habría sido dado de baja del Ejército.
“El Estado sigue infiltrando y sigue haciendo inteligencia a pesar de la Ley de Defensa a la Democracia. Yo asumo toda mi responsabilidad, pero son ellos (por sus “jefes”) los que tienen la dirección”, le dijo Tarifeño a un periodista del diario Crítica, una vez conocida la denuncia presentada por el MST, reconociendo que buscaba información en partidos políticos en plena democracia.
Servicios en democracia

Ripoll manifestó que la reciente revelación pública de la lista de integrantes del Batallón 601 refleja “que esta enorme estructura al servicio del genocidio siguió funcionando por ser reconocidos algunos de los integrantes de esa lista como miembros de la militancia política y social más allá del fin de la dictadura en 1983, y en algunos casos, como el de Tarifeño, hasta el año 2006. Ello reafirma más la necesidad de avanzar en la investigación y castigo de los crímenes cometidos por quienes se desempeñaron en esa estructura represiva”.
Por otra parte, citó al ex comandante del Comando de Institutos Militares, con asiento en Campo de Mayo, Santiago Omar Riveros, quien en su declaración indagatoria en la causa en que se investigan las violaciones a los derechos humanos cometidos en esa institución militar, precisó la importancia que tuvo el Batallón 601 en la represión: “Sus integrantes eran los especialistas en interrogatorios, los únicos que sabían hacerlo. Operaban en todo el país, con vestimentas de civil. Gracias a ellos se ganó la guerra”. Precisamente Riveros, en enero de 1980, en su discurso de despedida ante la Junta Interamericana de Defensa, expresó “Hicimos la guerra con la doctrina en la mano, con las órdenes escritas de los Comandos Superiores”.

En Neuquén hay sólo un imputado que integra la lista Por ahora no se piensa llamar a declarar a quienes aparecen en la nómina. Neuquén> Para Ivana Dal Bianco, abogada del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos de Neuquén (Ceprodh), no alcanza con la publicación de los nombres de la lista de 4.300 agentes civiles y militares de Inteligencia que desempeñaron tareas en el Batallón 601.
“Queremos saber dónde prestaron funciones en la dictadura, qué hicieron, dónde se infiltraron, a quiénes entregaron. También queremos saber dónde están hoy, qué hacen; queremos conocer sus caras y saber dónde viven”, dijo.
Precisó que del listado del Destacamento de Inteligencia 182 de Neuquén “sólo hay un imputado, mientras que el resto está impune, e incluso la Justicia en vez de imputarlos los citó como testigos en la causa y en el juicio por La Escuelita”.
Agregó que ese destacamento continúa funcionando en la actualidad y que “muchos de los civiles, así lo dijeron en el juicio, en el Tribunal Oral Federal de Neuquén donde fueron citados como testigos, siguen haciendo hoy lo mismo que hacían en la dictadura, y otros se jubilaron hace poco tiempo”.
“Con esto se demuestra que existen los archivos de la dictadura que hace más de 30 años reclamamos desde las organizaciones sociales y de derechos humanos”, indico Dal Bianco.
La abogada comentó que en la causa “La Escuelita”, centro clandestino de detención que funcionó en Neuquén, “solicitamos la apertura de los archivos, la actual ministra de Defensa, Nilda Garré, mandó un archivo secreto donde muestra que de 1983 a 1998 siguieron investigando. Por eso decimos que no se condena por genocidio porque condenar por genocidio implica no solamente agarrar y condenar a algunos personajes emblemáticos, sino avanzar en los verdaderos responsables de la dictadura militar, como civiles y jueces nacionales e incluso que forman parte hoy del Poder Judicial de Neuquén”.
El subsecretario de Justicia y Derechos Humanos del gobierno provincial, Ricardo Riva, en diálogo con este diario, reivindicó la publicación del listado del personal civil que trabajó para el Ejército en la época de la dictadura militar “con el convencimiento de que la publicidad fortalece a las instituciones de la democracia, permitiendo encontrar la verdad y la justicia”.
“No hay democracia posible sin instituciones transparentes y población informada de los actos de gobierno”, concluyó Riva.
Consultada por este diario sobre la situación ante la Justicia de las personas que aparecen en los listados del Batallón 601, publicados recientemente, la fiscal federal de Neuquén, María Cristina Beute, explicó que “no están imputadas por el sólo hecho de haber aparecido en el listado, más allá de esto sin cuestionar que estos listados sean fidedignos. No están imputadas en la medida en que no aparecen implicadas en ninguno de los hechos investigados hasta el momento”.
“Por ahora no existe la idea de que citemos a declarar en la causa como testigos por haber aparecido en este listado”, agregó.
Respecto a la posibilidad de citarlas a prestar declaración testimonial, Beute señaló que “por la experiencia que tenemos es que cuando estas personas que han tenido este tipo de vinculación con la actividad represiva son citadas a declarar, por lo general no aportan ninguna información relevante o se niegan a informar. Sabemos que es seguro que tienen información pero es improbable que la aporten”.
Sostuvo que “no tenemos información de estas personas respecto a qué tareas desempeñaron en Neuquén o en otro lugar del país”.

http://www.lmneuquen.com.ar/noticias/2010/3/14/57372.php

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